CAUSAS
QUE MOTIVAN LA MIGRACIÓN INTERNACIONAL
Para
solventar este problema de la migración, en cada estudio que se realice, de
acuerdo con las necesidades propias de la investigación,
se recomienda establecer una definición clara para determinar las causas
que motivan la migración internacional. Las de mayor trascendencia son las que
a continuación se plantean sin perjuicio de otras que pudieran surgir:
La
búsqueda de una vida mejor para uno mismo y su familia.
Las
disparidades de ingreso entre distintas regiones y dentro de una misma región.
Las políticas laborales
y migratorias de los países de origen y de destino.
Los conflictos políticos
(que impulsan la migración transfronteriza, así como los desplazamientos dentro
de un mismo país).
La
degradación del medio ambiente,
inclusive la pérdida de tierras de cultivo, bosques y pastizales (los
"refugiados del medio ambiente", en su mayoría, acuden a las ciudades
en lugar de emigrar al extranjero).
El
"éxodo de profesionales", o migración de los jóvenes más educados de
países en desarrollo para
llenar las lagunas en la fuerza laboral de
los países industrializados.
La
migración no parte solo de causales económicas. Si tenemos en cuenta que: dos
personas que nacen y crecen bajo el mismo sistema económico
y condiciones materiales,
una de ellas emigra y la otra no. ¿Por qué? La explicación debe buscarse en factores
muy diversos tales como los psicológicos, que pueden determinar que una persona se
decida a enfrentar el proceso de
la migración o no. La migración ha adquirido hoy día un carácter tan complejo
que escapa a cualquier intento de generalización.
EFECTOS
DE LAS MIGRACIONES INTERNACIONALES
Los
efectos de las migraciones pueden ser económicos, políticos y sociales tanto
positivos como negativos para el país emisor como para el de destino. En muchos
países de destino, se construyen y mantienen industrias e
infraestructuras que no podrían realizarse sin la colaboración de la mano de
obra extranjera. En sentido contrario, las remesas de los emigrantes, las
transferencias de dinero a
las familias que permanecen en las regiones de origen, son frecuentemente una
estimable forma de equilibrar las balanzas de pagos en los países menos
desarrollados.
A pesar
de ello, hay que considerar la emigración internacional un problema grave. En
los países receptores suele originar graves conflictos sociales y resurgimiento
de ideologías racistas y fascistas. Para los países emisores implica
frecuentemente la pérdida de mano de obra cualificada. Pero el mayor coste lo
sufren los propios desplazados ya que supone habitualmente un desgarro familiar
y cultural muy doloroso. Aún más grave es la emigración ilegal en la que el
individuo se ve despojado de los derechos más
elementales, sometido a la explotación de mafias y delincuentes sin escrúpulos.
La tragedia alcanza su clímax en el caso de los que arriesgan y pierden su vida
al cruzar las fronteras.
Los riesgos asociados
a los fenómenos migratorios son consecuencia de las asimetrías de los
intercambios. La asimetría entre los países de origen (en general, de menor
desarrollo) y de destino (en general, desarrollados) permite a estos últimos
imponer limitaciones severas y unilaterales a la llegada de personas. Además de
las trabas que ello significa para la libre circulación de los recursos productivos.
Para los países de origen entraña la persistente inseguridad sobre
la continuidad del flujo emigratorio, así como un riesgo de
retornos abruptos e imprevisibles.
El
problema de la migración internacional radica en la falta de un estudio
sociológico profundo apuntando a la relatividad causa- efecto para determinar
los factores que influyen para que se de este fenómeno; sus consecuencias, en
especial en lo que atañe a la pobreza,
la desintegración familiar y la fuga de cerebros.
En el
caso de los países en vía de desarrollo los emigrantes benefician a sus países
de origen, aportando un por ciento estimado en 167 mil millones de dólares al
año en remesas, pero este mismo éxodo cuando es de talentos implica una grave
pérdida.
Los procesos migratorios
son inseparables de la globalización,
constituyen uno de los flujos del mundo moderno, junto con los de orden
económico, cultural, tecnológico e ideológico (Appadurai, 1996). La migración
tiende a concentrarse o, al menos, a ser más visible en dirección sur-norte,
debido a las marcadas asimetrías entre los grados de desarrollo de ambos
hemisferios (Naciones
Unidas, 2004).
Cuando
los estados receptores procuran evitar o restringir estos movimientos como una
forma de defender su soberanía,
surge la conclusión de que la
globalización tiende a excluir formalmente la migración
internacional (CEPAL, 2002a y 2002b), lo que exacerba algunas consecuencias
adversas para los países en desarrollo.
Hay una
progresiva preocupación internacional por la protección de los derechos
humanos de todas las personas migrantes, a raíz de muchas señales que
indican que la migración internacional contemporánea es una actividad riesgosa
para los latinoamericanos y caribeños, que los puede llevar a situaciones de
vulnerabilidad y desprotección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario